Monitoreo de coyuntura
CAT:25

Biodiversidad: un pilar para el bienestar humano

Por Daniela Herrera*

El concepto de biodiversidad integra la variabilidad de formas de vida en tres distintos niveles: ecosistemas, especies y genes. Guatemala forma parte del grupo de países Megadiversos Afines de la Convención de Diversidad Biológica, que, en conjunto, albergan cerca del 70% de la diversidad biológica conocida y sustentan a más de la mitad de la población humana mundial. La inmensa riqueza natural del país se debe a la interacción de fenómenos geológicos, climáticos y biológicos, producto de la ubicación del territorio nacional entre dos océanos y dentro del corredor que une a América del Norte y América del Sur (Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), 2013a).

La biodiversidad está en la base del bienestar material y espiritual de los guatemaltecos, y, por tanto, está estrechamente vinculada al disfrute de distintos derechos, como: la alimentación, el agua, un ambiente sano, la recreación y la libertad. Lo anterior puede explicarse a partir de los servicios ecosistémicos que provee la biodiversidad, es decir, aquellos beneficios percibidos por la sociedad que provienen de procesos o elementos de la naturaleza (Figura 1).

Figura 1. Servicios ecosistémicos y su vinculación a derechos humanos

Nota: Los servicios ecosistémicos (izquierda) se representan en colores según su clasificación (morado: regulación; azul: provisión; verde: culturales). La vinculación a derechos humanos (derecha) no es exhaustiva. Elaboración propia utilizando la herramienta Sankeymatic.com.

A nivel de ecosistemas, utilizando la clasificación de zonas de vida del Holdridge actualizado por el Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna), en Guatemala existen 13 zonas de vida, donde el bosque húmedo tropical y el bosque seco tropical abarcan, en conjunto, cerca de la mitad de la superficie nacional (Iarna, 2022). Los ecosistemas proveen una variedad de servicios que pueden ser de regulación, provisión o culturales. Entre los primeros puede mencionarse la regulación del ciclo hidrológico, control de la erosión, protección ante desastres, polinización y secuestro de carbono.

En segundo lugar, los servicios de provisión por lo general están asociados al nivel de especies y genes. En el país se han registrado 20 especies de protistas, 324 especies de hongos, 514 especies de plantas briofitas, 11 350 especies de plantas vasculares y 5 687 especies de fauna (CONAP, 2013b). Varios de estos organismos son utilizados en la alimentación, provisión de madera, leña, textiles, tintes y usos medicinales por parte de poblaciones locales, mientras que otros especímenes o sus partes son importantes en la configuración de mercados nacionales y de exportación.

Con relación a los recursos genéticos, Guatemala forma parte del centro mesoamericano de plantas nativas, por ejemplo, en el caso del maíz, se han identificado 13 razas y 9 subrazas (Iarna, 2022). Este tipo de recursos son especialmente vitales en lugares del país donde la población se alimenta principalmente de las cosechas de cultivos de subsistencia, puesto que aportan condiciones propicias para adaptarse a los cambios abruptos en el clima y el incremento de desastres asociados al cambio climático.

En el caso de los servicios culturales, pueden estar asociados a los tres niveles de la biodiversidad. A nivel de ecosistemas, la preservación de la belleza escénica, actividades educativas y el turismo son ejemplos de este tipo de servicios. A nivel de especies y de genes, diferentes organismos y variedades tienen importancia por su uso en prácticas ancestrales y rituales de diferentes religiones, actividades sociales, o bien como elementos simbólicos vinculados a la identidad de las personas, por lo que se asocian a los derechos de participación en la vida cultural y de libertad de opinión, expresión, asociación y religión.

Es importante resaltar que, si bien solo una proporción de la biodiversidad provee un beneficio perceptible por la sociedad, el valor que tiene cada elemento es incalculable, puesto que tiene un rol en preservar la integridad y resiliencia de los ecosistemas (que puede ser mayor o menor según el tipo de ecosistema y su estado de degradación), además del valor intrínseco que tiene cada ecosistema y organismo por su mera existencia y como legado para las futuras generaciones.

A pesar de esto, las presiones como la deforestación, extracción ilegal, contaminación, introducción de especies y el cambio climático han acelerado la degradación de los ecosistemas, las tasas de extinción de especies y la erosión de recursos genéticos, amenazando la sostenibilidad en la provisión de servicios en cantidad y calidad, vinculados a una serie de derechos humanos, y, en muchos casos, incluso se ve amenazada la oportunidad de acceder al derecho a una vida digna.

El Día Internacional de la Diversidad Biológica se celebra anualmente el 22 de mayo. Es una oportunidad idónea para conocer mejor la riqueza natural del país, divulgar sobre su importancia y participar en acciones concretas que aporten a su conservación y uso justo. Perpetuar la provisión de servicios de los ecosistemas es esencial para proteger la dignidad humana, ya que necesitamos de la vida en todas sus formas, para mantener nuestras formas y medios de vida.

Referencias

Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP). (2013a). Implementación del Convenio de Diversidad Biológica en Guatemala: logros y oportunidades. Guatemala. Políticas, Programas y Proyectos No. 14 (01-2013), 132 pp.

_______ (2013b). Integración de estadísticas e indicadores ambientales oficiales del CONAP año 2013, fase IV.

Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna). (2022) Biodiversidad. Universidad Rafael Landívar, Editorial Cara Parens.


*Investigadora de Unidad Universitaria de Planificación Estratégica y Prospección de la Vicerrectoría de Investigación y Proyección de la Universidad Rafael Landívar.

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