Por Walter López y Samuel Zapil [i]
Este 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la cual afecta a millones de personas en todo el mundo. Esto sucede al mismo tiempo que los niveles de desarrollo económico y tecnológico experimentan un crecimiento insospechado hace apenas dos siglos. Estas contradicciones del sistema económico y del modelo de desarrollo ponen de manifiesto las profundas desigualdades sociales que, por un lado, reducen las posibilidades de vivir en condiciones de bienestar vida digna, mientras que otros gozan de una riqueza inconmensurable.
El ODEP se une a la conmemoración de este día y pone de manifiesto la necesidad de generar consensos alrededor de una redistribución de la riqueza que tenga como principios la justicia y la solidaridad, capaz de generar un ordenamiento social que garantice el acceso efectivo a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Esto con la finalidad que más personas tengan a su alcance posibilidades de un futuro con mejores ingresos, acceso a la protección social, a la educación, a la vivienda, a la alimentación y a otros servicios básicos para que mejoren su calidad de vida.
La erradicación de la pobreza requiere la lucha contra ella y las causas estructurales que la producen, comenzando por la puesta en duda del modelo de desarrollo y las leyes que respaldan este ordenamiento social injusto. La pobreza no solamente tiene causas económicas, sino que es el resultado de factores sociales y políticos. Para combatirla se precisa de un nuevo pacto social que privilegie la justicia, la cohesión social, la solidaridad y el bien común. Este nuevo modelo debe poner un alto a los privilegios a partir del combate a la corrupción y a la acumulación desmedida a costa de los menos favorecidos. Asimismo, se requiere un sistema de información estadística que genere insumos y datos pertinentes, oportunos y periódicos sobre la pobreza para diagnosticar su naturaleza y proponer soluciones.
Por ejemplo, en el caso de Guatemala, los datos oficiales sobre la medición de pobreza muestran que históricamente más de la mitad de la población ha vivido bajo esta condición: 56.2% en 2000, 51.2% en 2006 y 59.3% en 2014. (INE, 2015). Una estimación alternativa propuesta por Zapil (2022), utilizando el método de NBI, indica que en 2018 el 60.9% de la población vivían en condiciones de pobreza. Muy similar a los datos oficiales de 2014.
Aprovechando las ventajas de utilizar el método de NBI, realizar un análisis geográfico de la pobreza, las estimaciones de Zapil ( (2022) muestran que la pobreza se concentra en el norte del país, desde el Estor (Izabal) hasta el norte de Huehuetenango. En el otro extremo sobresale el Suroriente del país donde los niveles de pobreza son bajos. Coincidentemente la población indígena es predominante en los territorios donde la pobreza es alta, mientras que la población mestiza/ladina es mayoritaria en los espacios con niveles de pobreza bajos (Figura 1).
No está de más decir que la pobreza no solo se reduce a la dimensión económica pues es multidimensional. Por ende, se puede decir que también este fenómeno está representado por la desnutrición, seguridad alimentaria, el logro educativo, acceso a salud, entre otros. Por lo que se puede decir que con cada dimensión que se agrega al análisis se evidencia que tan difícil es poder plantear políticas de reducción de la pobreza coherente.
En conclusión, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es un recordatorio de la necesidad de unir fuerzas en la lucha en contra de ella en todas sus formas. Se deben sumar esfuerzos para garantizar el acceso a trabajos dignos y una sólida protección social, abordar las causas multidimensionales de la pobreza y proteger a grupos especialmente vulnerables como mujeres, niños, personas indígenas , afrodescendientes y jóvenes. Estos son pasos fundamentales hacia un mundo más justo y equitativo. La erradicación de la pobreza es una tarea difícil, pero es una meta que debemos perseguir con determinación, solidaridad y justicia.
INE. (2015). República de Guatemala: Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2014. Guatemala: INE.
Zapil, P. S. (2022). Mapas de la pobreza de Guatemala del 2018, el método de Necesidades Básicas Insatisfechas. Revista Estudios Sociales, 1-40.
[i] Investigadores del Instituto de Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar