El martes 12 de marzo, se llevó a cabo el Foro Abrir las puertas de la escuela: aportes para cumplir con el derecho a la educación. El evento creó espacios de discusión e intercambio de experiencias para la formulación de ideas innovadoras, efectivas y realizables en materia educativa y garantizar el derecho a la educación en la nueva administración en Guatemala.
La Dra. Evelyn Jacir-Lovo, consultora en políticas públicas y el Dr. Marco Castillo, director general de Grupo Ceiba, proporcionaron valiosas contribuciones para ampliar la mirada en torno a las necesidades que atraviesa el sistema educativo guatemalteco y sus múltiples realidades. Sus aportes, iluminados con lecciones aprendidas dentro y fuera del país, son insumos importantes con potencial de orientar al nuevo gobierno en la elaboración de sus agendas educativas a nivel nacional y en sus interacciones con otras entidades y organismos involucrados en el ámbito educativo.
Las intervenciones de los panelistas giró en torno a tres ejes. El primero de ellos, estuvo orientado a pensar sobre el derecho de la educación en la transición entre la pandemia y post-pandemia. Durante la discusión, Jacir-Lovo y Castillo identificaron los desafíos y las deficiencias actuales en el sistema educativo. Jacir-Lovo destacó que, durante la pandemia, se priorizó la continuidad de la educación sobre la calidad de los procesos educativos, lo que condujo a un descuido por parte del aparato estatal, tanto en términos de políticas como de presupuesto educativo. Puntualizó también la importancia de reorganizar el sistema educativo en respuesta a la precariedad de vida surgida por el impacto de la pandemia. Además, resaltó la necesidad de orientar las intervenciones educativas para hacer frente al desafío de la globalización y mejorar las competencias y habilidades de los estudiantes en este nuevo contexto.
Por otro lado, Marco Castillo introdujo el concepto de «zona del ser» y «zona del no ser» de De Souza Santos para explicar las profundas brechas educativas existentes entre diferentes grupos sociales en Guatemala. Señaló que mientras en la «zona del ser» hay oportunidades y reconocimiento legal, en la «zona del no ser» las personas luchan por su supervivencia y están excluidas de las oportunidades educativas. Sugirió que la pandemia resaltó estas disparidades, mostrando la corrupción y el racismo en la «zona del ser» y la confiabilidad y solidaridad en la «zona del no ser», lo que llevó a una reflexión sobre nuevas formas de aprendizaje y colaboración.
El segundo eje de análisis se centró en las brechas educativas persistentes. La aproximación de la Dra. Evelyn Jacir-Lovo se enfocó en el concepto de «nueva ruralidad» tomando como base la propuesta del investigador del Icesh Wilson Romero, al destacar las profundas disparidades en acceso, matriculación y finalización educativa en Guatemala, especialmente en áreas rurales. En estas zonas del país el peso del sector privado en la oferta educativa de los niveles básico y diversificado es significativo y provoca la exclusión de grandes segmentos de la población.
El análisis evidenció las brechas de género en los resultados de aprendizaje, donde las niñas que viven en áreas rurales están más desfavorecidas en los aprendizajes en matemáticas. Lo anterior invita a desarrollar una línea de investigación en los procesos y mecanismos que favorecen estas dinámicas de exclusión. Además, señaló que las poblaciones indígenas enfrentan mayores tasas de repitencia, abandono y bajo rendimiento académico, lo que podría profundizar las brechas culturales.
Por otro lado, Castillo conceptualizó las brechas educativas como una realidad palpable para millones de guatemaltecos, especialmente para los 4.5 millones de jóvenes que están fuera del sistema educativo. Insistió en que muchos de ellos están en la «zona del no ser». Propuso el acceso a la educación como urgencia y un bien público esencial, enfatizando la necesidad de priorizar las necesidades de las personas y reconocer la diversidad cultural del país. Instó a cuestionar el modelo privatizador del país, que la Dra. Jacir-Lovo señalaba, pues excluye a millones de jóvenes de oportunidades de aprendizaje. Asimismo, puntualizó que la escuela y otras modalidades de aprendizaje deben cuestionar la forma en que el modelo desarrollista supedita los aprendizajes al mundo del trabajo.
Respecto al tercer eje, Experiencias de éxito, la Dra. Jacir-Lovo ofreció ideas y compartió experiencias derivadas de su trabajo como Ministra de Educación en El Salvador que podrían ser replicables para la transformación del sistema educativo en Guatemala. Destacó la importancia de factores como la formación docente, incentivando la excelencia y premiando el desempeño, así como la atención a las necesidades de los jóvenes mediante becas y programas que fortalezcan sus talentos y capacidades. Subrayó, además, la necesidad de descentralizar los recursos y otorgar autonomía a las instituciones educativas para evaluar los programas desde la localidad, en colaboración con profesores, estudiantes y familias, en aras de revitalizar la escuela pública como motor de desarrollo a través de la calidad y la excelencia.
Por su parte, el Dr. Marco Castillo habló sobre la importancia de pensar e implementar modelos educativos flexibles que permitan imaginar escenarios alternativos a partir de la irreverencia. De esta forma se puede cuestionar la tecnologización de la vida, la globalización y las dinámicas de mercado que imprimen a la escuela sus lógicas instrumentales. Asimismo, hizo énfasis en la necesidad de reconocer el idioma materno y alentar su uso tanto en las aulas, como fuera de ellas. Igualmente, habló de la obligación que existe de reformular el currículo de manera interdisciplinar y flexibilizar las modalidades de entrega, todo ello con el objetivo de garantizar que la mejor educación sea accesible para los más necesitados.
En síntesis, las experiencias aprendidas apuntan a la urgente necesidad de reorganizar el sistema educativo para abordar las disparidades exacerbadas por la pandemia, priorizando la calidad educativa sobre la mera continuidad y reconociendo las profundas brechas existentes entre diferentes grupos sociales.
Las disparidades en acceso, matrícula y resultados educativos, especialmente en áreas rurales y entre poblaciones indígenas, invitan a repensar aproximaciones que pongan en perspectiva la desigualdad estructural y la necesidad de equilibrar las oportunidades de acceso a bienes y servicios que son determinantes del acceso al derecho a la educación. En ese sentido, la mirada territorial es decisiva.
En conclusión, el evento subrayó la necesidad de abordar las brechas educativas y transformar el sistema educativo para garantizar un acceso equitativo a una educación de calidad, reconociendo la diversidad cultural y promoviendo la participación de la comunidad en la mejora del proceso educativo.
Adicionalmente, ponemos a su disposición el informe de investigación de la Dra. Evelyn Jacir-Lovo publicado por Cepal en el siguiente enlace: